El Tercer ciclo es el último, de los tres niveles educativos de la Educación Escolar Básica. Constituye un nivel importante de consolidación de habilidades y destrezas básicas e indispensables para iniciar la educación media.
Este ciclo, posee características particulares, considerando la edad de las alumnas y alumnos, 13 – 15 años, edad en la cuál ingresan a la adolescencia y por ende, una etapa de cambios físico y psíquicos, que necesita ser acompañado por docentes capaces de educar a los alumnos con la suficiente firmeza y la necesaria afectividad, apuntando a la formación integral y la consolidación de la personalidad.
Educar a jóvenes cuya personalidad se halla en proceso de conformación, implica abordar convenientemente los desafíos propios de este ciclo. Por un lado, la adolescencia en la sociedad actual requiere de un seguimiento cercano para encarar las múltiples situaciones de riesgo a la que se hallan expuestos nuestros estudiantes.
Por otro lado, al finalizar el tercer ciclo, los estudiantes deberían estar en condiciones de identificar sus intereses y aptitudes a fin de elegir la modalidad de bachillerato en la que continuará sus estudios en el nivel medio.
Y por último, este ciclo implica, la transición de una fe impuesta hacia una fe adquirida por propio convencimiento. En esta etapa de rebeldía, la formación de la fe o desarrollo de la dimensión espiritual de la persona, requiere de docentes no solo con sólida formación cristiana y del carisma necesario para educar en la fe.
Ante todas esta dificultades, nos anima una fuerza de fe y compromiso basada en los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, quién ante grandes desafíos expresaba;
«Confiar en Dios como si todo dependiera de él; y al mismo tiempo trabajar como si todo dependiera de nosotros».
13:30 a 19:00 Hs.